domingo, 29 de diciembre de 2013

¿SE HAN DADO CUENTA? ¿SE HAN DADO CUENTA?


             ¿SE HAN DADO CUENTA?

                 Victoria Sendon de León

 

Supongo que sí, que se han dado cuenta porque es evidente; y supongo también que este artículo es superfluo porque imagino que escribo para gente inteligente. No obstante, creo que puede servir a los propios interesados para que perciban que no somos tontos.

Vengo observando que la derecha política guarda en su imaginario secreto una profunda envidia a la izquierda social. Y España constituye un campo de pruebas único para dicha observación. Esta izquierda hizo la transición y ellos se unieron al carro para sobrevivir, ya que en el antiguo régimen se encontraban de maravilla. La democracia resultaba incontestable y un estado propicio para el camuflaje. No pudieron sentirse héroes entonces, ya que todos los presos políticos que fueron amnistiados pertenecían a una izquierda global con muchos matices: no tenían nada que celebrar. Nosotros, sí.

Pasó el tiempo, y con las absurdas y crueles matanzas de ETA, las derechas pasaron de victimarios a víctimas. Fue entonces cuando comenzó su épica ascensión. El asesinato de Miguel Ángel Blanco constituyó el punto de partida. Casi todas (no todas) las asociaciones de víctimas montaron sus abigarradas manifestaciones contra los distintos gobiernos socialdemócratas. Eran las primeras veces que salían a la calle en plan reivindicativo con sus atrabiliarios jefezuelos al frente y en plan desafiante. Una gran emoción les embargaba. Nunca habían enfrentado a la dictadura ni habían formado parte del Mayo del 68 ni menos aún habían clamado por derechos y libertades en las calles. Aquello era una válvula de escape y una afirmación de sus conformistas ‘egos’. ¡Al fin! Experiencias nuevas para los nuevos tiempos.

Con el gobierno Zapatero encontraron múltiples motivos para experimentar con su nuevo juguete: las manifestaciones. Cada ley un poco progre era contestada con entusiasmo. Que si el divorcio exprés, que si el aborto de plazos, que si las treguas con ETA, que si los traslados de presos… en fin, con los obispos liderando a sus huestes desfilaron enardecidos frente a la barbarie. ¡Eran los nuevos héroes!

Una vez desactivada la izquierda política y sindical, les apareció con gran fuerza la nueva izquierda social del 15-M. Se dedicaron entonces a desprestigiarla: que si ‘perrosflauta’, que si acampados zarrapastrosos que desprestigiaban las ciudades ante los turistas, que si enemigos del pequeño comercio al que obstaculizaban sus ventas… En fin, los diversos nombres del miedo.

Finalmente llegaron al poder. Ya no podían manifestarse contra sí mismos. Entonces cambiaron de táctica. Y apareció el nominalismo más burdo. Los conceptos universales que para la izquierda tienen un sentido, como libertad, justicia, democracia, soberanía popular, igualdad o solidaridad, ellos las vienen utilizando como meros flatus vocis, es decir, como un sonido de la voz no respaldado por realidad alguna. Parole, parole, parole… pero haciéndonos creer que tienen el mismo sentido que para la izquierda. Todos los días nos llueven ‘perlas escogidas’ para tontos del bote. Sus torpes justificaciones comienzan así: “Para mantener una sanidad pública, universal y de calidad…. (Vamos a externalizar los servicios o a vender los hospitales al mejor postor); a fin de salvaguardar una enseñanza pública según la ratio de excelencia…. (subiremos las tasas universitarias, cerraremos escuelas, aumentaremos la ratio del número de alumnos, quitaremos la paga extraordinaria, bajaremos los sueldos, aumentaremos las horas de los profesores, anularemos becas de comedor, etc. etc. ); la nueva ley de seguridad ciudadana tiene como objetivo salvaguardar los derechos de los ciudadanos ( por eso vamos a poner multas astronómicas para quien convoque manifestaciones, vaya encapuchado, altere el orden, rodee el Congreso….); “Debido a que la mayor preocupación de este Gobierno es el empleo indefinido y de calidad, hemos hecho una reforma laboral ….” (que despida a los trabajadores muy fácilmente, se contraten precarios y otras lindezas). Y no digamos la desfachatez de “Para proteger los derechos de las futuras madres y del hijo… (hacemos una ley del aborto cruel y con unos supuestos inaccesibles)  Sin olvidar los mantras de “estamos saliendo de la crisis”, “los sueldos están subiendo”, “en Europa están admirados de nuestra recuperación económica”…..

En fin, palabros y más palabros para hacernos creer que son demócratas, igualitarios y casi casi socialistas: su secreta envidia de la izquierda, pero con unos intereses tan personales que los delatan. Los métodos de Göebel que bien sabemos. ¿No se enteran de que no les creemos ni una sola palabra? Supongo que ni la derecha sociológica se lo cree. Lo malo es que esas palabras –respaldadas por las leyes- tienen un sentido performativo que producen efectos y consecuencias pavorosas. ¿Se han dado cuenta? ¿O es que yo deliro?

        

sábado, 28 de diciembre de 2013




sábado, 28 de diciembre de 2013



¿SE HAN DADO CUENTA?

Victoria Sendon de León


Supongo que sí, que se han dado cuenta porque es evidente; y supongo también que este artículo es superfluo porque imagino que escribo para gente inteligente. No obstante, creo que puede servir a los propios interesados para que perciban que no somos tontos.

Vengo observando que la derecha política guarda en su imaginario secreto una profunda envidia a la izquierda social. Y España constituye un campo de pruebas único para dicha observación. Esta izquierda hizo la transición y ellos se unieron al carro para sobrevivir, ya que en el antiguo régimen se encontraban de maravilla. La democracia resultaba incontestable y un estado propicio para el camuflaje. No pudieron sentirse héroes entonces, ya que todos los presos políticos que fueron amnistiados pertenecían a una izquierda global con muchos matices: no tenían nada que celebrar. Nosotros, sí.

Pasó el tiempo, y con las absurdas y crueles matanzas de ETA, las derechas pasaron de victimarios a víctimas. Fue entonces cuando comenzó su épica ascensión. El asesinato de Miguel Ángel Blanco constituyó el punto de partida. Casi todas (no todas) las asociaciones de víctimas montaron sus abigarradas manifestaciones contra los distintos gobiernos socialdemócratas. Eran las primeras veces que salían a la calle en plan reivindicativo con sus atrabiliarios jefezuelos al frente y en plan desafiante. Una gran emoción les embargaba. Nunca habían enfrentado a la dictadura ni habían formado parte del Mayo del 68 ni menos aún habían clamado por derechos y libertades en las calles. Aquello era una válvula de escape y una afirmación de sus conformistas ‘egos’. ¡Al fin! Experiencias nuevas para los nuevos tiempos.

Con el gobierno Zapatero encontraron múltiples motivos para experimentar con su nuevo juguete: las manifestaciones. Cada ley un poco progre era contestada con entusiasmo. Que si el divorcio exprés, que si el aborto de plazos, que si las treguas con ETA, que si los traslados de presos…en fin, con los obispos liderando a sus huestes desfilaron enardecidos frente a la barbarie. ¡Eran los nuevos héroes!

Una vez desactivada la izquierda política y sindical, les apareció con gran fuerza la nueva izquierda social del 15-M. Se dedicaron entonces a desprestigiarla: que si ‘perrosflauta’, que si acampados zarrapastrosos que desprestigiaban las ciudades ante los turistas, que si enemigos del pequeño comercio al que obstaculizaban sus ventas… En fin, los diversos nombres del miedo.

Finalmente llegaron al poder. Ya no podían manifestarse contra sí mismos. Entonces cambiaron de táctica. Y apareció el nominalismo más burdo. Los conceptos universales que para la izquierda tienen un sentido, como libertad, justicia, democracia, soberanía popular, igualdad o solidaridad, ellos las vienen utilizando como meros flatus vocis, es decir, como un sonido de la voz no respaldado por realidad alguna.Parole, parole, parole… pero haciéndonos creer que tienen el mismo sentido que para la izquierda. Todos los días nos llueven ‘perlas escogidas’ para tontos del bote. Sus torpes justificaciones comienzan así: “Para mantener una sanidad pública, universal y de calidad…. (Vamos a externalizar los servicios o a vender los hospitales al mejor postor); a fin de salvaguardar una enseñanza pública según la ratio de excelencia…. (subiremos las tasas universitarias, cerraremos escuelas, aumentaremos la ratiodel número de alumnos, quitaremos la paga extraordinaria, bajaremos los sueldos, aumentaremos las horas de los profesores, anularemos becas de comedor, etc. etc. ); la nueva ley de seguridad ciudadana tiene como objetivo salvaguardar los derechos de los ciudadanos ( por eso vamos a poner multas astronómicas para quien convoque manifestaciones, vaya encapuchado, altere el orden, rodee el Congreso….); “Debido a que la mayor preocupación de este Gobierno es el empleo indefinido y de calidad, hemos hecho una reforma laboral ….” (que despida a los trabajadores muy fácilmente, se contraten precarios y otras lindezas). Y no digamos la desfachatez de “Para proteger los derechos de las futuras madres y del hijo… (hacemos una ley del aborto cruel y con unos supuestos inaccesibles) Sin olvidar los mantras de “estamos saliendo de la crisis”, “los sueldos están subiendo”, “en Europa están admirados de nuestra recuperación económica”…..

En fin, palabros y más palabros para hacernos creer que son demócratas, igualitarios y casi casi socialistas: su secreta envidia de la izquierda, pero con unos intereses tan personales que los delatan. Los métodos de Göebel que bien sabemos. ¿No se enteran de que no les creemos ni una sola palabra? Supongo que ni la derecha sociológica se lo cree. Lo malo es que esas palabras –respaldadas por las leyes- tienen un sentido performativo que producen efectos y consecuencias pavorosas. ¿Se han dado cuenta? ¿O es que yo deliro?

miércoles, 4 de septiembre de 2013


LA CORTE DE LOS MILAGROS


LA CORTE DE LOS MILAGROS


Antes de bajarme un rato a la playa he tomado un libro al azar de esos que me gusta releer: “La Corte de los milagros” de Valle Inclán. Y me he quedado estupefacta: ¡Estamos igual que en tiempos de Isabel II de Borbón, ‘la chata’, reinante en el ya lejano siglo XIX! Ha sido llegar la derechona y abrirse el frasco de las esencias más rancias y cavernícolas de la España eterna. Unas pocas citas bastarán. Ya verán cómo les suena.


“Sus laureadas calvas se fruncían de perplejidades con los tropos de la oratoria demagógica”. Ahora, en vez de calvas, proliferan rubias de bote que hablan de finiquitos simulados y en diferido, de movilidad externa en lugar de emigración forzosa, de perroflautas malolientes en Sol, y hasta exclaman sin demagogias ¡que se jodan! cuando se trata de parados.


-“¡Pegar fuerte a ver si se enmiendan! ¡No se enmendaban!” Alguna ciudadana se quedó tuerta, pero el ministro del ramo jura impertérrito que jamás se dispararon pelotas de goma. Muchos fueron arrastrados y golpeados, pero la gente sigue en las calles.


“Los banqueros sacan el oro de sus cajas fuertes para situarlo en la pérfida Albión (…) Todo lo acarreaba la judaica pasión por los bienes terrenales, ahora más temosa con la quiebra fraudulenta del Banco de Castilla”. De esos tenemos muchos, pero en lugar de la City de London, su destino es ahora la plácida Suiza o a las exóticas Islas Caimán. Pagamos sus astronómicos retiros y rescatamos los bancos hundidos por su inepta gestión mientras los impuestos suben y los sueldos bajan. A todos les invade su sed de oro. Y el resto pagamos su enriquecimiento con una brutal crisis inventada y diseñada a su medida.


“Astures y vizcaínos de las minas promueven utópicas rebeldías por aumentar sus salarios”.Todavía recuerdo la emocionante entrada en Madrid de los mineros asturianos con sus linternas encendidas en la noche. ¿Qué pasó? Nada. La Corte de los milagros ni sabe ni contesta: sólo se atrinchera.


“Desde todas las esquinas nacionales lanzaban roncas contra las logias masónicas, que en sus concilios de medianoche habían decretado la revolución incendiaria, el amor libre y el reparto de bienes”. Los masones de entonces eran los liberales que más tarde se atrincheraron en Cádiz para hacer la primera Constitución contra el poder absolutista. Los liberales de hoy sólo creen en la ‘libertad de mercado’, pues las demás libertades se las pasan por el arco de la Puerta de Alcalá. Mírala, mírala… la, la, la, la.


“En Lucena, Montilla y Villar del Duque, los gremios menestrales y las peonadas agrarias asaltaban los archivos municipales y les ponían lumbre. Era su clamor por el reparto de tierras”. Hoy asaltan supermercados para repartir material escolar. O se enfrentan a los mismos duques y duquesas de entonces, que reciben suculentos cheques por extensas fincas baldías, mientras lucen palmito en Ibiza o Marbella. Y esto después de treinta años de gobierno socialista. Por decir algo.


“Con el susto de las represalias se fugaban a las capitales de provincia los caciques y alcaldes de Real Orden. Se desvanecían los alguaciles y chulos del resguardo”. Ahora se refugian en escaños del Parlamento o del Senado. Otros se atrincheran en diputaciones, que son ya cementerios de elefantes amortizados que sestean sobre nuestras costillas o los meten en las litas de los ERES fraudulentos.


“Las negras sotanas escalaban los cerros capitaneando las fanáticas rogativas. Sobre el horizonte incendiado, los niños pastores señalaban las celestes apariciones”. Las negras sotanas, que en la anterior legislatura capitaneaban manifestaciones contra el pérfido Zapatero, hoy susurran al oído de Gallardón, que está más que dispuesto a sepultarnos en la eterna España católica con soflamas de libertad para las gestantes y proclamas de igualdad para los padres ofendidos y maltratados por la milenaria maldad de las mujeres, que lo quieren todo, incluidos los hijos.


Otros muchos esperpentos siguen desvelando nuestros sueños: el Eurovegas, el turismo sanitario, los seis millones de parados, los brotes verdes, el final del túnel, el “no me consta”, “no recuerdo”, ¡que inventen ellos!, el secular déficit tarifario de la energía, la gripe A y el ‘tamiflú’ de Donald Rumsfeld. Pero no importa, nuestra fe nos salvará: ¡Viva la Virgen del Rocío!


Señoras y señores: el secreto de todo éste ‘eterno retorno’ es que España se ha modernizado muchíiiisimo, pero sin rozar siquiera la Modernidad.

martes, 17 de noviembre de 2009


LA BURBUJA POLÍTICA

LA BURBUJA POLÍTICA

Cuando hablamos de burbuja solemos referirnos a la económica como si fuera lo más grave que nos puede pasar, sin duda por una orientación de la vida política y personal en exceso economicista. Desde el neoliberalismo supone puro horror vacui ante la falta de capital sin el que no somos nadie, derivado de una avaricia materialista ilimitada. Desde la visión marxista porque hemos transformado toda política en política económica o en economía política. Y el caso es que ni una visión ni la otra nos permiten salir del laberinto. El pensamiento binario ya no funciona.
En contraposición, opino que lo que hemos creído fundamento no es más que un síntoma. La economía como ciencia puede ser un buen instrumento de análisis, que hemos convertido en categoría fundante de todo lo demás. Por eso ahora se está destapando lo que subyace bajo la crisis económica: una gran burbuja política. En la mesa de juego ha saltado la banca, las cartas se esparcen descubiertas y la gente empieza a contemplar lo que estaba oculto: un juego a muerte por el poder y los privilegios. Un poder que, como la hidra, tiene varias cabezas. ¿Qué hay que cambiar? El concepto mismo de “clase política”, porque ya tiene categoría de clase privilegiada.
Con la Revolución Francesa se creó esa clase política que representaba en el Tercer Estado a toda la nación, y que se transformó en Asamblea Nacional. De este modo se abolieron los privilegios que en los Estados Generales mantenían el alto clero y la nobleza. Claro que más tarde quedó excluido el proletariado (no propietarios), que con el tiempo han sido incluidos gracias a las diversas revoluciones socialistas. Por supuesto que las mujeres también estaban excluidas hasta el triunfo del sufragismo.
Pues bien, poco a poco, la evolución de la democracia ha ido derivando en la formación de una nueva clase de representantes que se han hecho acreedores de los antiguos privilegios del alto clero y de la nobleza. De ese Tercer Estado derivaron los tres poderes apadrinados por Montesquieu: el legislativo, el ejecutivo y el judicial. Poderes al fin que necesitaban cada vez más de un control externo, que nació con la prensa libre: el cuarto poder. Pero ese cuarto poder, y más con la proliferación de medios, está hoy en manos de grandes corporaciones que lo mismo invierten en armas que en cosméticos o en la sospechosa industria farmacéutica, comprando, por ejemplo, 37 millones de vacunas que no necesitamos, además de su dudosa eficacia. Se acabó la libertad de la prensa libre. ¿Tendremos que ir creando poderes que controlen a los ya establecidos? Pues si la marcha evolutiva de la humanidad lo exige, por supuesto.
Las cartas descubiertas sobre la mesa nos están mostrando las vergüenzas de una clase política que pretendemos que nos represente y que no está a la altura. Los más cínicos se conforman pensando que esa clase es el reflejo de nosotros mismos con nuestras mismas apetencias inconfesables; que a los políticos no les podemos exigir más de lo que nos exigimos a nosotros. Tal vez, pero tampoco menos. Y el tema es que la ciudadanía no goza de sus mismos privilegios. ¿Cuándo las fábricas podrían estar casi vacías sin que pasara nada? Pero sí el Parlamento. ¿Desde cuándo un ciudadano puede aspirar a un cargo sin demostrar su competencia, pero a un político le basta con pertenecer al “clan”? Sin contar con la proliferación de “cargos de confianza” a dedo y todo el despliegue de sueldos, coches, despachos, chóferes, secretarias y subalternos de todo tipo. ¿Cómo puede ser que el hecho de pertenecer al alto staff del clan te permita tener asegurada la subsistencia e incluso un retiro dorado en embajadas, fundaciones, universidades y otros inventos mantenidos con el erario público? ¿Cómo podría justificarse la connivencia de la clase política con las grandes corporaciones refugiadas en paraísos fiscales e incluso en mafias disimuladas? ¿Cómo consentir el sometimiento del Gobierno a la Iglesia en un país mucho más laico que creyente? ¿Por qué tragar con que los fondos que se han transferido a los ayuntamientos para crear empleo –para varones, por cierto- se destinen a hacer rotondas y más rotondas en lugar de guarderías, escuelas o centros de salud?
No voy a hablar de las corruptelas y grandes corrupciones que leemos en los periódicos y que no son más que la punta del iceberg. Casi en cada pueblo de España se reproduce el mismo modelo de sobornos, cohechos y enjuagues político-económicos que nos han convertido en clones marbellíes. Cuando el PSOE tuvo en sus manos el transformar de verdad España en un país más civilizado, lo que hizo fue crear la cultura del pelotazo, solapada tras una aparente “modernización” de autovías, AVE, parques temáticos y chalés adosados, sin que esto me lleve a ignorar otros logros en sanidad y educación masivas, pero de baja calidad. ¿Es de recibo que España sea el país europeo con más puti-clubs de Europa, que seamos los mayores consumidores de cocaína o los de más alto índice fracaso escolar? ¿Qué decir de las televisiones enfangadas en el famoseo, la violencia o el topicazo identitario? Algo huele a podrido, no en Dinamarca, sino en la piel de toro.
Me entero de que el PC acaba de concluir su Congreso con la sabia decisión de dar autonomía a Izquierda Unida, aquella oportunidad que surgió para que los independientes tuvieran voz y voto dentro de una estructura política. No pudo ser y dejó muchos muertos en el camino por las ambiciones y personalismos de unos cuantos, por el dogmatismo cerril de otros muchos que todavía no se han enterado de que estamos en el siglo XXI y de que si Marx volviera haría un análisis muy distinto del momento actual. Pero el Partido Comunista se convirtió en una religión con sus dogmas, sus profetas y sus mandamientos eternos.
En las próximas elecciones, gran parte de la izquierda (término caduco, por cierto) se va a abstener por no tener quien le represente. Sólo una IU mucho más abierta a la situación actual y a un análisis más inteligente tendría posibilidades de ser depositaria de esos votos y gobernar en colación con el Partido Socialista si éste prescindiera de ese odio visceral a todo lo que esté a su izquierda. Si IU admitiera plataformas de ciudadanos independientes en su seno sin la tutela del PC tal vez habría una posibilidad de cambio. Desde ahí habría que forzar una profunda transformación en todo el sistema de partidos, de votaciones y de una estructura de Estado que ya no puede marchar al ritmo de los tiempos. Ésta podría ser una etapa de transición hasta abocar en la formación real del Quinto Poder, de la participación de la ciudadanía organizada y preparada en las cosas de la polis. Otro día hablaré de este acuciante tema.






             ¿SE HAN DADO CUENTA?

                 Victoria Sendon de León

 

Supongo que sí, que se han dado cuenta porque es evidente; y supongo también que este artículo es superfluo porque imagino que escribo para gente inteligente. No obstante, creo que puede servir a los propios interesados para que perciban que no somos tontos.

Vengo observando que la derecha política guarda en su imaginario secreto una profunda envidia a la izquierda social. Y España constituye un campo de pruebas único para dicha observación. Esta izquierda hizo la transición y ellos se unieron al carro para sobrevivir, ya que en el antiguo régimen se encontraban de maravilla. La democracia resultaba incontestable y un estado propicio para el camuflaje. No pudieron sentirse héroes entonces, ya que todos los presos políticos que fueron amnistiados pertenecían a una izquierda global con muchos matices: no tenían nada que celebrar. Nosotros, sí.

Pasó el tiempo, y con las absurdas y crueles matanzas de ETA, las derechas pasaron de victimarios a víctimas. Fue entonces cuando comenzó su épica ascensión. El asesinato de Miguel Ángel Blanco constituyó el punto de partida. Casi todas (no todas) las asociaciones de víctimas montaron sus abigarradas manifestaciones contra los distintos gobiernos socialdemócratas. Eran las primeras veces que salían a la calle en plan reivindicativo con sus atrabiliarios jefezuelos al frente y en plan desafiante. Una gran emoción les embargaba. Nunca habían enfrentado a la dictadura ni habían formado parte del Mayo del 68 ni menos aún habían clamado por derechos y libertades en las calles. Aquello era una válvula de escape y una afirmación de sus conformistas ‘egos’. ¡Al fin! Experiencias nuevas para los nuevos tiempos.

Con el gobierno Zapatero encontraron múltiples motivos para experimentar con su nuevo juguete: las manifestaciones. Cada ley un poco progre era contestada con entusiasmo. Que si el divorcio exprés, que si el aborto de plazos, que si las treguas con ETA, que si los traslados de presos… en fin, con los obispos liderando a sus huestes desfilaron enardecidos frente a la barbarie. ¡Eran los nuevos héroes!

Una vez desactivada la izquierda política y sindical, les apareció con gran fuerza la nueva izquierda social del 15-M. Se dedicaron entonces a desprestigiarla: que si ‘perrosflauta’, que si acampados zarrapastrosos que desprestigiaban las ciudades ante los turistas, que si enemigos del pequeño comercio al que obstaculizaban sus ventas… En fin, los diversos nombres del miedo.

Finalmente llegaron al poder. Ya no podían manifestarse contra sí mismos. Entonces cambiaron de táctica. Y apareció el nominalismo más burdo. Los conceptos universales que para la izquierda tienen un sentido, como libertad, justicia, democracia, soberanía popular, igualdad o solidaridad, ellos las vienen utilizando como meros flatus vocis, es decir, como un sonido de la voz no respaldado por realidad alguna. Parole, parole, parole… pero haciéndonos creer que tienen el mismo sentido que para la izquierda. Todos los días nos llueven ‘perlas escogidas’ para tontos del bote. Sus torpes justificaciones comienzan así: “Para mantener una sanidad pública, universal y de calidad…. (Vamos a externalizar los servicios o a vender los hospitales al mejor postor); a fin de salvaguardar una enseñanza pública según la ratio de excelencia…. (subiremos las tasas universitarias, cerraremos escuelas, aumentaremos la ratio del número de alumnos, quitaremos la paga extraordinaria, bajaremos los sueldos, aumentaremos las horas de los profesores, anularemos becas de comedor, etc. etc. ); la nueva ley de seguridad ciudadana tiene como objetivo salvaguardar los derechos de los ciudadanos ( por eso vamos a poner multas astronómicas para quien convoque manifestaciones, vaya encapuchado, altere el orden, rodee el Congreso….); “Debido a que la mayor preocupación de este Gobierno es el empleo indefinido y de calidad, hemos hecho una reforma laboral ….” (que despida a los trabajadores muy fácilmente, se contraten precarios y otras lindezas). Y no digamos la desfachatez de “Para proteger los derechos de las futuras madres y del hijo… (hacemos una ley del aborto cruel y con unos supuestos inaccesibles)  Sin olvidar los mantras de “estamos saliendo de la crisis”, “los sueldos están subiendo”, “en Europa están admirados de nuestra recuperación económica”…..

En fin, palabros y más palabros para hacernos creer que son demócratas, igualitarios y casi casi socialistas: su secreta envidia de la izquierda, pero con unos intereses tan personales que los delatan. Los métodos de Göebel que bien sabemos. ¿No se enteran de que no les creemos ni una sola palabra? Supongo que ni la derecha sociológica se lo cree. Lo malo es que esas palabras –respaldadas por las leyes- tienen un sentido performativo que producen efectos y consecuencias pavorosas. ¿Se han dado cuenta? ¿O es que yo deliro?

        

miércoles, 4 de septiembre de 2013

LA CORTE DE LOS MILAGROS


                   LA CORTE DE LOS MILAGROS

 

Antes de bajarme un rato a la playa he tomado un libro al azar de esos que me gusta releer: “La Corte de los milagros” de Valle Inclán. Y me he quedado estupefacta: ¡Estamos igual que en tiempos de Isabel II de Borbón, ‘la chata’, reinante en el ya lejano siglo XIX! Ha sido llegar la derechona y abrirse el frasco de las esencias más rancias y cavernícolas de la España eterna. Unas pocas citas bastarán. Ya verán cómo les suena.

 

“Sus laureadas calvas se fruncían de perplejidades con los tropos de la oratoria demagógica”. Ahora, en vez de calvas, proliferan rubias de bote que hablan de finiquitos simulados y en diferido, de movilidad externa en lugar de emigración forzosa, de perroflautas malolientes en Sol, y hasta exclaman sin demagogias ¡que se jodan! cuando se trata de parados.

 

-“¡Pegar fuerte a ver si se enmiendan! ¡No se enmendaban!” Alguna ciudadana se quedó tuerta, pero el ministro del ramo jura impertérrito que jamás se dispararon pelotas de goma. Muchos fueron arrastrados y golpeados, pero la gente sigue en las calles.

 

“Los banqueros sacan el oro de sus cajas fuertes para situarlo en la pérfida Albión (…) Todo lo acarreaba la judaica pasión por los bienes terrenales, ahora más temosa con la quiebra fraudulenta del Banco de Castilla”. De esos tenemos muchos, pero en lugar de la City de London, su destino es ahora la plácida Suiza o a las exóticas Islas Caimán. Pagamos sus astronómicos retiros y rescatamos los bancos hundidos por su inepta gestión mientras los impuestos suben y los sueldos bajan. A todos les invade su sed de oro. Y el resto pagamos su enriquecimiento con una brutal crisis inventada y diseñada a su medida.

 

“Astures y vizcaínos de las minas promueven utópicas rebeldías por aumentar sus salarios”. Todavía recuerdo la emocionante entrada en Madrid de los mineros asturianos con sus linternas encendidas en la noche. ¿Qué pasó? Nada. La Corte de los milagros ni sabe ni contesta: sólo se atrinchera.

 

“Desde todas las esquinas nacionales lanzaban roncas contra las logias masónicas, que en sus concilios de medianoche habían decretado la revolución incendiaria, el amor libre y el reparto de bienes”. Los masones de entonces eran los liberales que más tarde se atrincheraron en Cádiz para hacer la primera Constitución contra el poder absolutista. Los liberales de hoy sólo creen en la ‘libertad de mercado’, pues las demás libertades se las pasan por el arco de la Puerta de Alcalá. Mírala, mírala… la, la, la, la.

 

“En Lucena, Montilla y Villar del Duque, los gremios menestrales y las peonadas agrarias asaltaban los archivos municipales y les ponían lumbre. Era su clamor por el reparto de tierras”. Hoy asaltan supermercados para repartir material escolar. O se enfrentan a los mismos duques y duquesas de entonces, que reciben suculentos cheques por extensas fincas baldías, mientras lucen palmito en Ibiza o Marbella. Y esto después de treinta años de gobierno socialista. Por decir algo.

 

“Con el susto de las represalias se fugaban a las capitales de provincia los caciques y alcaldes de Real Orden. Se desvanecían los alguaciles y chulos del resguardo”. Ahora se refugian en escaños del Parlamento o del Senado. Otros se atrincheran en diputaciones, que son ya cementerios de elefantes amortizados que sestean sobre nuestras costillas o los meten en las litas de los ERES fraudulentos.

 

“Las negras sotanas escalaban los cerros capitaneando las fanáticas rogativas. Sobre el horizonte incendiado, los niños pastores señalaban las celestes apariciones”. Las negras sotanas, que en la anterior legislatura capitaneaban manifestaciones contra el pérfido Zapatero, hoy susurran al oído de Gallardón, que está más que dispuesto a sepultarnos en la eterna España católica con soflamas de libertad para las gestantes y proclamas de igualdad para los padres ofendidos y maltratados por la milenaria maldad de las mujeres, que lo quieren todo, incluidos los hijos.

 

Otros muchos esperpentos siguen desvelando nuestros sueños: el Eurovegas, el turismo sanitario, los seis millones de parados, los brotes verdes, el final del túnel, el “no me consta”, “no recuerdo”, ¡que inventen ellos!, el secular déficit tarifario de la energía, la gripe A y el ‘tamiflú’ de Donald Rumsfeld. Pero no importa, nuestra fe nos salvará: ¡Viva la Virgen del Rocío!

 

Señoras y señores: el secreto de todo éste ‘eterno retorno’ es que España se ha modernizado muchíiiisimo, pero sin rozar siquiera la Modernidad.

martes, 17 de noviembre de 2009

LA BURBUJA POLÍTICA

LA BURBUJA POLÍTICA

Cuando hablamos de burbuja solemos referirnos a la económica como si fuera lo más grave que nos puede pasar, sin duda por una orientación de la vida política y personal en exceso economicista. Desde el neoliberalismo supone puro horror vacui ante la falta de capital sin el que no somos nadie, derivado de una avaricia materialista ilimitada. Desde la visión marxista porque hemos transformado toda política en política económica o en economía política. Y el caso es que ni una visión ni la otra nos permiten salir del laberinto. El pensamiento binario ya no funciona.
En contraposición, opino que lo que hemos creído fundamento no es más que un síntoma. La economía como ciencia puede ser un buen instrumento de análisis, que hemos convertido en categoría fundante de todo lo demás. Por eso ahora se está destapando lo que subyace bajo la crisis económica: una gran burbuja política. En la mesa de juego ha saltado la banca, las cartas se esparcen descubiertas y la gente empieza a contemplar lo que estaba oculto: un juego a muerte por el poder y los privilegios. Un poder que, como la hidra, tiene varias cabezas. ¿Qué hay que cambiar? El concepto mismo de “clase política”, porque ya tiene categoría de clase privilegiada.
Con la Revolución Francesa se creó esa clase política que representaba en el Tercer Estado a toda la nación, y que se transformó en Asamblea Nacional. De este modo se abolieron los privilegios que en los Estados Generales mantenían el alto clero y la nobleza. Claro que más tarde quedó excluido el proletariado (no propietarios), que con el tiempo han sido incluidos gracias a las diversas revoluciones socialistas. Por supuesto que las mujeres también estaban excluidas hasta el triunfo del sufragismo.
Pues bien, poco a poco, la evolución de la democracia ha ido derivando en la formación de una nueva clase de representantes que se han hecho acreedores de los antiguos privilegios del alto clero y de la nobleza. De ese Tercer Estado derivaron los tres poderes apadrinados por Montesquieu: el legislativo, el ejecutivo y el judicial. Poderes al fin que necesitaban cada vez más de un control externo, que nació con la prensa libre: el cuarto poder. Pero ese cuarto poder, y más con la proliferación de medios, está hoy en manos de grandes corporaciones que lo mismo invierten en armas que en cosméticos o en la sospechosa industria farmacéutica, comprando, por ejemplo, 37 millones de vacunas que no necesitamos, además de su dudosa eficacia. Se acabó la libertad de la prensa libre. ¿Tendremos que ir creando poderes que controlen a los ya establecidos? Pues si la marcha evolutiva de la humanidad lo exige, por supuesto.
Las cartas descubiertas sobre la mesa nos están mostrando las vergüenzas de una clase política que pretendemos que nos represente y que no está a la altura. Los más cínicos se conforman pensando que esa clase es el reflejo de nosotros mismos con nuestras mismas apetencias inconfesables; que a los políticos no les podemos exigir más de lo que nos exigimos a nosotros. Tal vez, pero tampoco menos. Y el tema es que la ciudadanía no goza de sus mismos privilegios. ¿Cuándo las fábricas podrían estar casi vacías sin que pasara nada? Pero sí el Parlamento. ¿Desde cuándo un ciudadano puede aspirar a un cargo sin demostrar su competencia, pero a un político le basta con pertenecer al “clan”? Sin contar con la proliferación de “cargos de confianza” a dedo y todo el despliegue de sueldos, coches, despachos, chóferes, secretarias y subalternos de todo tipo. ¿Cómo puede ser que el hecho de pertenecer al alto staff del clan te permita tener asegurada la subsistencia e incluso un retiro dorado en embajadas, fundaciones, universidades y otros inventos mantenidos con el erario público? ¿Cómo podría justificarse la connivencia de la clase política con las grandes corporaciones refugiadas en paraísos fiscales e incluso en mafias disimuladas? ¿Cómo consentir el sometimiento del Gobierno a la Iglesia en un país mucho más laico que creyente? ¿Por qué tragar con que los fondos que se han transferido a los ayuntamientos para crear empleo –para varones, por cierto- se destinen a hacer rotondas y más rotondas en lugar de guarderías, escuelas o centros de salud?
No voy a hablar de las corruptelas y grandes corrupciones que leemos en los periódicos y que no son más que la punta del iceberg. Casi en cada pueblo de España se reproduce el mismo modelo de sobornos, cohechos y enjuagues político-económicos que nos han convertido en clones marbellíes. Cuando el PSOE tuvo en sus manos el transformar de verdad España en un país más civilizado, lo que hizo fue crear la cultura del pelotazo, solapada tras una aparente “modernización” de autovías, AVE, parques temáticos y chalés adosados, sin que esto me lleve a ignorar otros logros en sanidad y educación masivas, pero de baja calidad. ¿Es de recibo que España sea el país europeo con más puti-clubs de Europa, que seamos los mayores consumidores de cocaína o los de más alto índice fracaso escolar? ¿Qué decir de las televisiones enfangadas en el famoseo, la violencia o el topicazo identitario? Algo huele a podrido, no en Dinamarca, sino en la piel de toro.
Me entero de que el PC acaba de concluir su Congreso con la sabia decisión de dar autonomía a Izquierda Unida, aquella oportunidad que surgió para que los independientes tuvieran voz y voto dentro de una estructura política. No pudo ser y dejó muchos muertos en el camino por las ambiciones y personalismos de unos cuantos, por el dogmatismo cerril de otros muchos que todavía no se han enterado de que estamos en el siglo XXI y de que si Marx volviera haría un análisis muy distinto del momento actual. Pero el Partido Comunista se convirtió en una religión con sus dogmas, sus profetas y sus mandamientos eternos.
En las próximas elecciones, gran parte de la izquierda (término caduco, por cierto) se va a abstener por no tener quien le represente. Sólo una IU mucho más abierta a la situación actual y a un análisis más inteligente tendría posibilidades de ser depositaria de esos votos y gobernar en colación con el Partido Socialista si éste prescindiera de ese odio visceral a todo lo que esté a su izquierda. Si IU admitiera plataformas de ciudadanos independientes en su seno sin la tutela del PC tal vez habría una posibilidad de cambio. Desde ahí habría que forzar una profunda transformación en todo el sistema de partidos, de votaciones y de una estructura de Estado que ya no puede marchar al ritmo de los tiempos. Ésta podría ser una etapa de transición hasta abocar en la formación real del Quinto Poder, de la participación de la ciudadanía organizada y preparada en las cosas de la polis. Otro día hablaré de este acuciante tema.